Mientras bañamos a nuestros hij@s con y sin autismo, es posible estimular la atención conjunta, la conexión emocional, estimular la comunicación, trabajar su sensorialidad y darle herramientas para su autonomía. Una manera “casera” de estimular a niñ@s con y sin autismo (a partir de los 4 o 5 meses de edad), es señalarle y/o mostrarle los objetos, nombrárselos claramente mientras se lleva a cabo alguna acción concreta. También se puede describir con pocas palabras el uso de cada objeto de manera clara y que esta descripción del uso, vaya acompañado con una acción sensorial. Tomemos el ejemplo de la hora de bañar de un niñ@, se le puede mostrar el jabón, nombrar la palabra “ j a b ó n”, permitirle que le toque y sienta el jabón. Mientras se le enjabona o se enjabona la esponja se le describe lo que se está haciendo con el jabón, le nombras las partes de su cuerpo que estás limpiando con la esponja que tiene “el jabón”, si el niñ@ ya puede sostener la barra de jabón, permite que sea ella/él quien se enjabone o enjabone la esponja, puedes ayudarlo colocando tu mano suavemente sobre la suya para que no se le resbale de las manos fácilmente. Mientras se le enjabona y se nombran las partes del cuerpo, también se puede contar del uno el cinco (elige tus tiempos) en cada parte que se está enjabonando de manera que la/el niñ@ aprenda a conocer el espacio de tiempo que debe lavar cada parte de su cuerpo y/o de su cabeza. Esta misma acción del jabón la puedes llevar a cabo con el shampoo, el acondicionador, la crema para el cuerpo, la pasta para cepillarse los dientes o con cualquier objeto de higiene personal. Durante toda actividad de la vida cotidiana pueden crearse espacios como estos para trabajar con tu hij@ en ambientes naturales, en este caso es la hora del baño. Háblales a tus hijos con voz suave y rítmica, no les grites o los amenaces mientras les enseñas a lavarse el cuerpo, la cabeza, cepillarse los dientes, untarse crema corporal, etc. Si el baño se moja fuera de la regadera o bañera, muéstrale cómo salpicó el agua fuera de la regadera y si ya sabe caminar, enséñale también cómo secarlo, qué paño o trapo utilizar, en dónde colocarlo después de limpiar para que el trapo se seque... “sin sermonear” o hacerle sentir culpable del piso mojado. Secar un baño mojado es un proceso natural en el que todos aprendemos la acción y consecuencia natural. Realizar acciones como estas, es equivalente a varias horas de terapia de lenguaje, de integración sensorial, ocupacional y amoroterapia. No permitas que las prisas, la ansiedad y el reloj saboteen estos fantásticos espacios “terapéuticos” y de conexión emocional con quienes más amas. #AutonomíaAutismo
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