¿Qué resultados quiero para el futuro de mi hijo(a) con autismo y sin autismo?

Lola Hernandez
29 abr
2 Min. de lectura

Después de caminar el sendero de la maternidad por casi 28 años, he comprendido que:

Reconocer y sanar el pasado:

El futuro lo construyo reconociendo mis traumas y dolores del pasado (desde antes de ser madre) y, así, conocerme, saber quién soy verdaderamente y comprender por qué me afectan y detonan ciertas emociones lo que observo en mis hijos, en mi pareja y en otras personas.

Comprensión y transformación personal:

Una vez que me he conocido, comprendo amorosamente por qué soy el tipo de persona que soy. Tomo lo mejor de mis padres, de mis ancestros, de mi vida pasada, transformo el dolor en aprendizaje y comienzo mi proceso de reinversión.

Redefinición de la identidad:

Construyo una nueva imagen mental y emocional de la persona que verdaderamente soy, escondida debajo de la piel del niño o la niña llena de sufrimiento, dolor, resentimiento, miedos, traumas y sueños aún no cumplidos.

Nueva perspectiva hacia mis hijos:

Cuando ya no soy la misma, puedo voltear a ver a mis hijos con una mirada que nunca antes había tenido. Observo los errores que he cometido desde la compasión y tomo acciones claras para hacerlo diferente. Suelto a mi hijo, le permito gozar, crecer, soltarse de mí (en la medida de lo posible), lo libero de mi yugo del perfeccionismo y del "deber ser". Mi hijo ya NO tiene que ser el trofeo que todos deben admirar para hacerme sentir UNA BUENA MADRE.

Comunicación y conexión renovada:

Con una mirada diferente, soy capaz de generar nuevas maneras de vincularme con mis hijos, de comunicarme con otras palabras. Suelto los sermones, las amenazas, los castigos, los premios. Dejo de sufrir porque mi hijo no me entiende y me ocupo de ser yo quien lo entienda y accione desde el respeto a sus procesos mentales y emocionales.

Liberación del miedo al futuro:

Cuando finalmente pierdo el miedo de cómo será el futuro de mi hijo con autismo, es porque todo lo anterior ya fue sanado. Soy capaz de construir el futuro que quiero para mí, y dentro de ese futuro está el de mis hijos.

Por mucho tiempo no supe cómo hacerlo sola (aún no lo sé). Me apoyo en madres que me llevan años de experiencia y en profesionales que me han acompañado y me acompañan en el camino de la maternidad. Continúo invirtiendo en mi transformación.

Una madre y un padre nunca terminan de saber cómo serlo; los hijos crecen, vamos acumulando años y, en ese camino de hacernos más viejos, vamos encontrando nuevos retos que hace un año no existían.