¿Eres tú empática ante la frustración de tu hijo o hija?
- Lola Hernandez
- hace 6 días
- 2 Min. de lectura
¿Con qué frecuencia eres tú empática ante la frustración de tu hijo o hija? Para entender mejor el tema de la empatía en las personas con autismo, primero aclaremos que existen dos tipos principales de empatía:
Empatía cognitiva , conocida también como "teoría de la mente", que es la capacidad de imaginar o comprender lo que otra persona está pensando o sintiendo.
Empatía afectiva , que es la capacidad de experimentar emociones acordes a lo que otra persona está sintiendo en un momento dado.
Diversas investigaciones señalan que, con frecuencia, las personas con autismo tienen algunos retos en el área de la empatía cognitiva. Esto quiere decir que puede resultarles complicado imaginar o deducir lo que alguien más piensa o siente si no se lo comunican de manera directa y explícita, incluyendo las emociones y cómo esas emociones se sienten en el cuerpo: Siento un vacío en el estómago, siento que el pecho se aprieta, siento mucho peso en los hombros, etc.
Para muchas personas con autismo puede ser difícil interpretar expresiones faciales, tonos de voz o captar mensajes implícitos en una conversación (eso que solemos llamar "leer entre líneas"). Sin embargo, cuando les explicamos claramente lo que estamos sintiendo o experimentando, ellas son capaces de experimentar emociones profundas, acordes a la situación, y actuar en consecuencia. Por ejemplo, si les decimos que alguien perdió a su mascota, que cierta conducta agresiva generó dolor físico y emocional, o que alguien extraña profundamente a un ser querido fallecido, pueden sentir tristeza genuina, compasión, e incluso buscar activamente la manera de ayudar o mostrar afecto.

Vale la pena decir que este desafío no es exclusivo de las personas con autismo. En muchas ocasiones, catalogamos rápidamente a otras personas como "poco empáticas" simplemente porque no reaccionan de la forma que esperábamos ante nuestras emociones. ¿Te ha pasado que tu pareja, hijo o hija parecen no conmoverse con tu tristeza, frustración o enojo?
Reconocer y comprender estas diferencias nos permite construir mejores herramientas de comunicación y conexión con nuestros chicos y chicas con autismo, y en general con todas las personas que forman parte de nuestra vida.
En el caso específico del autismo, la solución al desafío de la empatía cognitiva puede ser tan sencilla como expresar claramente lo que sentimos debido a una situación específica. Paradójicamente, para las personas sin autismo (o neurotípicas), esto no siempre resulta tan fácil, por lo que quizá debamos también practicar el ser más explícitos al compartir nuestras emociones y así cultivar relaciones más sanas y empáticas con quienes nos rodean.
Lola Hernández Gallardo
Consejera Familiar y Educativa
Fundadora y moderadora del Grupo de Fortalecimiento para Adultos: Si me cuido te cuido mejor (https://www.lolahernandez.org/grupo-cuidadores
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