Los especialistas no siempre tienen las respuestas: amor, aprendizaje y resiliencia
- Lola Hernandez
- 23 mar
- 1 Min. de lectura
La terapeuta de lenguaje que evaluó a Eric, el #DinosaurMaster, a los 3 años de edad en Estados Unidos me dijo: “Señora, si usted le sigue hablando en español a su hijo, él nunca va a hablar”.
En ese momento, yo aún no hablaba inglés. Entré en una depresión por varias semanas, hasta que un día me levanté y dije: “No es opción no hablarle a mi hijo. Le seguiré hablando en español, esa es mi lengua y lo será siempre”.
Eric tiene hoy 27 años. Su lenguaje no es fluido y no inicia conversaciones; sin embargo, entiende ambos idiomas. Habla mucho mejor inglés, pero aun así también habla español.
No siempre los especialistas tienen las respuestas, tampoco conocen todas las realidades de cada familia. Y precisamente ahí radica la importancia de encontrar nuestra propia luz en medio de la incertidumbre.

No pidas a Dios que te muestre el camino a la felicidad, pídele que te muestre tu brillo para que vivas una vida feliz.
En el momento en que te sabes feliz, inevitablemente tus hijos vibrarán en esa felicidad, aún durante la adversidad.
El diagnóstico de autismo de tu hijo o hija no es una bendición ni tampoco un privilegio. Es una oportunidad para ambos de construir una relación a partir de lo que parece no tener sentido, de las diferencias abismales en la forma de percibir el mundo y de expresar el amor.
Lola Hernández Gallardo
Consejera Familiar y Educativa
Fundadora y moderadora del Grupo de Fortalecimiento para Adultos: Si me cuido te cuido mejor (https://www.lolahernandez.org/grupo-cuidadores).
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